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Con más de 400 millones de consumidores, China se ha posicionado como el país más desarrollado en lo que se refiere a comercio electrónico. Esto en gran parte se debe a que su modelo no se rige por los mismos que caracterizan a esta actividad en el resto del mundo.

El comercio electrónico en China

Actualmente, el 69% de los usuarios chinos realiza compras on-line, es decir, 533 millones de consumidores, lo que sitúa al país asiático como el primer mercado mundial de comercio electrónico, con unas ventas anuales de 672.000 millones de dólares, más que el segundo y tercer clasificados juntos: Estados Unidos y el Reino Unido.

No obstante, lo más destacable de esta cifra es que se multiplicará en los próximos años, pues todavía el 42,3% de la población china carece de acceso a Internet, mientras que en los países digitalmente más avanzados ese porcentaje se reduce al 10% o menos.

Otro dato importante es el aumento del porcentaje del comercio online que ha propiciado la expansión de empresas gigantes como Alibaba, Tencent y JD.com que ya se encuentran entre las mayores empresas del mundo por capitalización bursátil.

El impacto del comercio electrónico en las aldeas chinas

Aldeas chinas - Ecommerce Taobao.

Alibaba, el gigante del ecommerce, a través de su plataforma Taobao, creó el concepto llamado ‘aldeas Taobao’, que es como se conocen en China a los pueblos rurales donde gran parte de su población se dedica al comercio electrónico.

Un informe del propio Alibaba explicó que el año pasado el ecommerce en el ámbito rural creció 18% más que en las ciudades, siendo cerca de 570.000 el número de pueblos que posee China, muchos aún con deficiencias logísticas que dificultan la venta y distribución de cosechas.

Aldeas electrónicas Taobao

Junpu es la primera ‘aldea Taobao’, en surgir (2013) y es una en las que el mayor porcentaje de su población vive de la distribución por internet (más del 70%).

Hoy en día el comercio electrónico hizo que Junpu esté lleno de tiendas en las que los letreros son direcciones de páginas web y no hay escaparates: todo está al por mayor, apilado en enormes inventarios, envuelto en plástico y listo para su envío.

Unas 350 de sus 500 familias trabajan en pequeñas firmas que ofrecen sus artículos por internet, los empaquetan y los distribuyen, un trabajo que en épocas de mayor demanda es ingente y deja sin dormir a los vecinos.

Además, muchos vecinos dejaron las granjas de cerdos o las plantaciones de té para dedicarse a este negocio, y a ellos se les ha sumado mucha gente de otras partes de China que ha decidido emigrar a estas “aldeas Taobao” por su mejor infraestructura logística.

Un dato interesante es que la reconversión de Junpu fue en realidad obra de jóvenes urbanos de Cantón quienes, ansiosos de llevar una vida más campestre sin dejar sus prósperos negocios de internet, iniciaron sin saberlo una tendencia que después copiarían ya más de 200 “aldeas Taobao”.

Son también jóvenes los habitantes locales que han decidido unirse al sector y crear empresas de ecommerce autóctonas, como Xu Ruibin, un chico que con sólo 18 años ya dirige una firma de ventas por internet que el año pasado logró ventas de 12 millones de dólares.

La población campesina: quienes están detrás del auge

No es de extrañar que el comercio electrónico sustente a poblaciones enteras en un país como China, donde sobre todo las generaciones nacidas después de los 80 compran compulsivamente a través de las páginas web de empresas como Alibaba o su gran rival Jingdong.

Incluso, especialistas acuerdan que el secreto del triunfo del ecommerce en China está en su gran población campesina (unos 700 millones de personas), que con sus computadoras y celulares han podido unirse al furor consumista de sus compatriotas urbanitas.

De la pobreza rural al comercio electrónico: Guangshan

Otro ejemplo parecido al de Junpu es lo que ocurre en el condado Guangshan, en la parte montañosa de la provincia de Henan, en el centro de China, y un lugar notoriamente empobrecido. En 2014, el condado comenzó a promover enérgicamente el comercio electrónico y esto ha ido empujando gradualmente las ventas de productos agrícolas locales con características regionales.

Las ventas en línea de los productos agrícolas del condado superaron los mil millones de yuanes en 2014, y más de tres mil millones en 2016. Hasta ahora, el condado se ha convertido en el hogar de más de 10,000 tiendas en línea y 50 empresas de logística, y está vendiendo sus productos a más de 50 países y regiones.

Hay muchos otros lugares en China que han visto un crecimiento similar del consumo en línea en las zonas rurales, que alcanzó los 894.500 millones de yuanes (131.500 millones de dólares) en 2016, de acuerdo con un informe de desarrollo de ecommerce para 2016-2017 publicado el 12 de octubre. En la China rural, se crearon más de 20 millones de empleos en ese período.

 

Lo que se espera en tecnología e información

Seis de los 10 principales fabricantes mundiales de smartphones son chinos. Y, no solo eso.

Los millennials chinos hoy son la base que ha empezado a navegar y comprar por Internet directamente a través de dispositivos móviles, dejando de lado incluso hasta el PC, como ha ocurrido en la mayoría de países occidentales.

El mencionado grupo social, comprendido entre los 20 y 36 años alcanza los 400 millones de personas y ha enseñado a sus padres a manejarse por la red antes a través del móvil que mediante el ordenador.

Una vez más, en este ámbito las cifras asombran: el 98% de los usuarios de Internet (788 millones) utiliza el teléfono móvil. El 80% de los consumidores chinos es proclive a pagar con el móvil, ya sea en tiendas físicas u on-line, frente al 49% en el resto del mundo.

En este contexto, cobran especial relevancia las redes sociales que, debido a la idiosincrasia del consumidor chino, tienen enorme influencia en las compras vía comercio electrónico.

Cabe concluir, entonces, que lo que ocurre en China, con los dos pasos adelante donde se encuentran las aldeas rurales gracias a la descentralización del ecommerce, es un claro ejemplo de cómo es que iniciativas que apuestan por promover las compras y ventas a nivel nacional tienen más impacto para el desarrollo rural y la reducción de la desigualdad que programas de ayuda sociales. A

Algo que puede ser replicado en Perú y donde, definitivamente, se debe enfocar más el trabajo.

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